miércoles, 30 de enero de 2013

Podría decir que unos de mis bichos favoritos son las luciérnagas. Podrías llamarme loca, porque en verdad nunca he visto ninguna, pero me fascinan. Yo, a veces, las comparo con las personas, y supongo que también podrías llamarme loca por eso. Pero es que adoro la capacidad natural de esos pequeños bichitos de tener luz propia y me encantaría que las personas también fuésemos así.
Cuando comparo a cualquier persona del mundo con cualquier luciérnaga solo me fijo en una cosa, la luz. Para mí cada persona tiene una luz propia, igual que ellas, lo único es que muchas veces no sabemos encenderla. Pero en mi opinión, creo que lo importante de esa luz no es tenerla o no, sino como la uses. Puedes usarla para iluminar tu camino, o para iluminar el camino del resto. Puedes también, usarla para guiar por un camino equivocado y apagar la luz en medio de la inmensa oscuridad.

Yo, supongo, que lo usaría para iluminar tu camino, o el de ella, o el de él... o el de cualquiera que necesite un poco de luz para salir de su agujero.

Creo, que un buen resumen seria que me gusta la luz, y más aún si es una luz tan natural como ésa. Digamos pues, que me gustan las luciérnagas, y no por ser un bicho, si no por ser una luz, porque puede que algún día sean tu luz.